viernes, 28 de septiembre de 2007

Madee ya tienen en la calle "L´Antarctica"




Sabido es que del dolor es de dónde nacen muchas veces las más brillantes obras. A veces el dolor es destructivo, paralizante y obtuso. A veces el dolor se convierte en rabia y descontrol y te estrella contra un muro. Y a veces el dolor se convierte en ironía. Es entonces cuando desaparecen los prejuicios, cuando no importa lo ortodoxo, cuando todo importa nada y el único lema para seguir adelante es abrir todas las puertas que antes parecía imposible atravesar. En ese momento, los artistas sienten un poder extraordinario en sus manos, el poder de la libertad expresiva, porque el dolor solo se aplaca cuando la fuerza vital de las canciones destruye la oscuridad del espíritu. Y es precisamente la vitalidad la que se ha abierto paso entre las tinieblas para convertirse en un álbum excepcionalmente brillante.
Después de tres años de silencio discográfico, Madee acaban de grabar un nuevo disco. Y podemos asegurar que, para muchos, "L'Antarctica" deja a sus antecesores a años luz . Y teniendo en cuenta los brillantes precedentes (el majestuoso "Orion's belt" (2004), el potente "Secret chamber" (2003) y el melancólico "Songs from Cydonia (2002)), eso significa que nos encontramos delante de una obra magna. Tres años es mucho tiempo, y en ellos han pasado muchas cosas. Experiencias personales, pérdida de seres queridos, horas de carretera y proyectos paralelos (especialmente el proyecto Ghouls 'n Ghosts, que unió el talento de Ramon Rodríguez, cantante, guitarrista y alma mater, con el de Santi Garcia (No More Lies) y Víctor García (Crossword, Manhunt, Clarice), han hecho que estos seis brillantes músicos de Cabrils hayan llevado su habilidad compositiva e interpretativa al extremo, y si muchos pensaban que sería difíc il superar discos de la talla de "Orion's belt", esas previsiones se desmoronan con un disco que corta literalmente la respiración, desde la increible "Transference #2" inicial, pasando por la conmovedora "Polonium" hasta la fulminante "Drive Away".
Madee querían hacer un disco especial y lo han conseguido. Desde la riqueza de la instrumentación, dejando atrás las muralla de guitarras para incluir infinidad de texturas, sonidos e instrumentos nuevos, secciones de viento y de cuerda que llevan sus canciones a una dimensión superior, hasta un sentido de la economía del tiempo y los recursos compositivos inéditos en ellos, pasando por unas letras que explican historias de una amargura que se convierte paulatinamente en sentido del humor, creando un estremecedor contraste entre lo mundano y lo sublime. Y es que hay un punto en que cualquier músico que haya podido desar rollar su carrera en forma de discos y conciertos, se da cuenta de lo poco que importan ciertas convenciones, descubre el poder creativo infinito que le han dado años de experiencia, y llega a un estadio artístico superior. Ese punto es al que han llegado Madee a día de hoy, y "L'Antartica" es, sin duda, la obra cumbre que solamente estos seis genios podían crear.

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